Una encuesta realizada entre los miembros del Pacto Global, a pocos días de la cumbre de líderes en New York, revela que las empresas tienen aun un largo camino que recorrer en materia de sustentabilidad. Incluir a las pymes y a la cadena de valor, asignaturas pendientes.
La cuenta regresiva para la Cumbre de Líderes del Pacto Global ya comenzó. Y mientras todo se prepara para el gran encuentro, el 19 y 20 de septiembre en Nueva York, Naciones Unidas ya difundió un primer reporte, que pone bajo la lupa el accionar corporativo en materia de sustentabilidad. El Informe Global de Sustentabilidad Corporativa 2013 evalúa las políticas y las prácticas más populares en materia de sustentabilidad, y resume los avances y asignaturas pendientes en esta materia.
Se trató de una encuesta enviada a sus más de 12.000 adherentes, pero de la que sólo participaron 1.712 empresas, provenientes de 113 países. Argentina fue uno de los de mayor grado de participación. Casi 200 grandes compañías y PYMES decidieron ser parte, logrando que el país ocupe el puesto número 12 en volumen de adhesión. En general, América Latina se mostró comprometida en la iniciativa, siendo la segunda región con mayor cantidad de participantes, representando el 17% de la muestra, un escalón detrás del 55% de Europa.
Los resultados del informe se presentan como una radiografía del mundo corporativo actual. La lupa fue puesta en las áreas de Derechos Humanos, Laborales, Medioambientales y de Anticorrupción. Para ver el grado de evolución en cada una de ellas, se evaluaron distintas etapas en la implementación de las medidas de RSE: Compromiso, Evaluación, Definición, Implementación, Medición y Comunicación.
"Mientras los participantes del Pacto Global están en el buen camino en términos de compromisos de alto nivel y establecimiento de metas, todavía hay mucho por hacer para profundizar los esfuerzos en materia de sustentabilidad en la manera de pensar y actuar, desde los directorios hasta las cadenas de valor", aseguró el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.
Entre el dicho y el hecho…
El primer diagnóstico que resultó de esta evaluación indicó que existe una gran brecha entre el decir y el hacer corporativo. Las empresas parecen concentrar sus esfuerzos en la definición de metas y en un compromiso formal, pero no se ve lo mismo a la hora de ver más allá de estas primeras etapas. Entre las razones, se destaca que para llevar adelante acciones concretas se requiere un mayor compromiso de tiempo y recursos, incluyendo la dotación de personal y la financiación. Incluso a nivel administrativo, mientras que el 90% de las juntas deliberan y actúan sobre problemáticas de sustentabilidad como parte de su agenda regular, sólo el 8% de ellas une los paquetes de remuneración ejecutivos al desempeño sustentable.
Las empresas parecen concentrar sus esfuerzos en la definición de metas y en un compromiso formal, pero no se ve lo mismo a la hora de avanzar más allá de estas primeras etapas
Más allá del innegable avance que ha habido en todos los aspectos desde la anterior evaluación en 2009, las diferencias entre el planteo de políticas y el accionar concreto se observan en casi todas las áreas evaluadas. En materia de derechos humanos, en estos cuatro años, la cantidad de empresas que han incorporado la temática a sus códigos corporativos creció en 13 puntos, representando en la actualidad el 72% del espectro. Pero en la misma categoría, la evolución de 16 puntos de compañías que incorporaron mecanismos de denuncia se traduce en un escaso 37%. Lo mismo puede decirse de anticorrupción, ya que siete de cada diez empresas cuentan con una política (+24%), pero sólo tres de cada diez poseen líneas de denuncia anónima (+14%).
Los números recogidos indicaron que medio ambiente y regulación laboral son las áreas que se encuentran a la cabeza en cuanto a progreso general, aunque las brechas del decir y el hacer también se encuentran presentes en ellas. La pata laboral muestra un alto grado de definición de políticas, como las no discriminatorias (83%) y de igualdad de oportunidades (78%), pero no sucede lo mismo con la evaluación de sus prácticas. Tanto la evaluación de riesgos (36%) como de impacto (23%) son bajas.
De todas las etapas, la de evaluación es la que cuenta con menor cantidad de acciones. De esta manera, las empresas pierden la oportunidad de determinar los riesgos, oportunidad e impactos que sus acciones y operaciones tienen. La parte comunicativa también se presenta como un desafío, ya que la mayoría de los signatarios del Global Compact no comparten su progreso de manera comprensiva. El apartado ambiental es un ejemplo claro de ello, ya que mientras el 66% de las compañías ha instalado sistemas de gestión, sólo el 38% reporta sus datos de emisiones.
Medio ambiente y regulación laboral son las áreas que se encuentran a la cabeza en cuanto a progreso general.
El tamaño lo es todo
Entre los factores que impactan el desempeño sustentable corporativo, el tamaño de la compañía se presenta como aquel de mayor influencia. Las PYMES se encuentran relegadas en casi todos los frentes, aunque muestran una clara tendencia a la mejora. Entre las barreras que les impiden estar al frente, la falta de recursos económicos (39%) y falta de conocimiento (34%) son las más citadas por las PYMES. Estas mismas trabas representan a una minoría, si se atiende a las grandes corporaciones, con un 18% y 11% respectivamente.
La barrera de los grandes jugadores
Para estos titanes en cambio, la sustentabilidad en la cadena de suministro se presenta como la barrera más alta por superar para poder avanzar en su desempeño. Las empresas reconocen la importancia de los proveedores en esta carrera por la sustentabilidad, pero una vez más, las acciones que llevan a adelante no alcanzan. Mientras que el 83% de ellas considera la adhesión a los principios del Global Compact por parte de sus proveedores, el 18% las asiste para establecer y revisar los objetivos, y apenas el 9% toma medidas para verificar la remediación.
Entre los motivos de este relegamiento, el 33% establece que no es una prioridad, seguido de un 27% que manifiesta falta de capacidad. Sólo un 13% nombra a la falta de recursos económicos como razón para no dar un paso más en la cadena de valor.
Compromiso para un mundo mejor
Pese a los desafíos revelados por el informe, la ONU observa un panorama alentador en el papel que están jugando las empresas. El 70% de ellas está tomando acciones para avanzar en las metas y problemáticas delimitados por el organismo internacional, utilizando su negocio principal, la inversión social, la promoción y estrategias de asociación.
Las respuestas de la encuesta muestran que las compañías se sienten capaces de ayudar en los desafíos de sustentabilidad más urgentes. De acuerdo a ellas, la educación, seguida por la erradicación de la pobreza, el cambio de clima, y el crecimiento y empleo, son los temas más apremiantes de la actualidad. De estos cuatro desafíos, las empresas consideraron que podrían tener un impacto positivo en crecimiento y empleo (83%), educación (59%) y cambio climático (51%). La paz y la seguridad son vistas como urgentes pero donde tienen menores posibilidades de tener un impacto en ellas, mientras que a la urbanización y a la reducción de riesgos de desastres los consideraron temas de menor urgencia y en los que tienen el menor poder de hacer algo.