Reportes en ascenso


Un estudio de la consultora AG Sustentable, Data Partner del GRI, revela que desde el 2008 aumentó un 40% la cantidad de empresas que reportan. El 84% lo hace de la mano del GRI y el sector financiero y el de alimentos y bebidas lideran las industrias con más informes.

Es innegable el aumento en la cantidad de empresas que deciden adoptar los reportes de sustentabilidad como herramienta de comunicación de su desempeño económico, social y ambiental. Pero, ¿qué tan profundo es este despertar? ¿Son estos reportes una verdadera fuente de transparencia del accionar corporativo? La consultora argentina AG Sustentable, a partir de su función como GRI Data Partners, buscó evaluar el panorama de los informes en el país y ha elaborado un análisis al respecto.

En “Reportes De Sustentabilidad Argentina 2012 – Tendencias y Perspectivas”, AG Sustentable da cuenta de las 62 organizaciones que publicaron estos informes en el país durante el transcurso del 2012. De estas, 16 eran novatas en la iniciativa y se espera que 76 lleven a cabo el proceso para el próximo período.

Un compromiso que se consolida
Ya a primera vista se advierte un salto importante, si se comparan estos números con los del primer mapeo hecho en 2008 en el que se contabilizaron 27 reportes. Esto se traduce en que en estos años se incrementó aproximadamente en un 40% la cantidad de organizaciones que adoptaron esta iniciativa, un 7% en relación al 2011.

Los fundamentos de este avance se encuentran en diversos motivos. Por un lado, el concepto de sustentabilidad sigue escalando posiciones en la agenda de las organizaciones y de esta manera los informes se convierten en herramientas de comunicación idóneas asociadas a la transparencia y la rendición de cuentas. Pero más allá de informar, se descubre en estas medidas funciones que afectan a la compañía en su totalidad. “El proceso de elaboración de los reportes de sustentabilidad, al atravesar transversalmente las áreas y gerencias de la organización, es de gran utilidad como herramienta de gestión. Trabajar en un proceso de mejora continua lleva, indefectiblemente, a realizar mediciones, establecer objetivos y metas (en el mediano y largo plazo), mapear a los grupos de interés, iniciar un proceso gradual de diálogo y capacitar a los equipos, entre otras actividades”, señaló Gustavo Sinner, Socio Fundador de la consultora AG Sustentable.

A estas razones hay que sumarle la entrada en vigencia de la Resolución General Nº 606, emitida el 31 de mayo del 2012 por la Comisión Nacional de Valores, referida al Código de Gobierno Societario. Esta regulación pide a las empresas que hacen oferta pública de sus acciones, así como las que emiten obligaciones negociables, información relacionada a la emisión de reportes de sustentabilidad y otras prácticas en materia de responsabilidad social.
Estándares internacionales, pero verificaciones pobres

Como consecuencia, o como parte de la causa, de este cambio de paradigma han surgido diferentes iniciativas a nivel global que promueven el desarrollo de este tipo de informes, como el reconocido GRI. Esta guía es adoptada por cada vez más empresas en distintas partes del mundo por proveer lineamientos internacionales y homogéneos sobre la forma en que pueden dar a conocer su desempeño. Y Argentina no escapa a esto: del total de los reportes analizados por la consultora, el 84% utilizaron los lineamientos del GRI.

Del total de los reportes analizados, el 84% utilizaron los lineamientos GRI.

Sin embargo, este compromiso se ve menguado a la hora dar un paso más exigente. Apenas el 19% de los informes fueron verificados externamente y sólo el 6% se sometieron al control de aplicación del GRI. Entre las distintas razones que atañen a cada caso particular, cobra relevancia el hecho de que la verificación externa es un concepto voluntario. Son las organizaciones y sus grupos de interés los que deben analizar y definir si lo someterán o no a un proceso de verificación por parte de un tercero independiente.

“Tengamos en cuenta que aún estamos en los inicios de la cultura de publicar y de ser usuarios de los reportes de sustentabilidad. Es cuestión de tiempo para ver como irá evolucionando el mundo en esta materia y, en consecuencia, se podrá tener más claridad sobre la necesidad y los beneficios de someter el reporte a un proceso de verificación externa”, explicó Sinner sobre la posible evolución del compromiso corporativo.

Tamaños diferentes… desarrollos dispares
Si se tiene en cuenta el tamaño de las empresas relevadas se ve una gran diferencia en términos de pymes y grandes empresas. Mientras que el 56% son multinacionales y el 42% son grandes empresas, sólo el 2% del total de ellas corresponde a la clasificación de pequeñas y medianas empresas. Ante este escenario, AG Sustentable sostuvo que se trata de un porcentaje que se incrementará año a año.

En 2013, ya se han sumado varias pymes al proceso, y en el mediano plazo, se estarían alcanzando porcentajes netamente superiores. Además, hay que tener en cuenta que la proporción se incrementaría si se incluyeran en el análisis las Comunicaciones del Progreso del Pacto Global de Naciones Unidas (COP). En muchos casos, son la instancia inicial del proceso de rendición de cuentas, principalmente para este tipo de organizaciones. “Independientemente de si es un reporte o una COP, es un hecho destacable que las pequeñas y medianas empresas se sumen a comunicar su desempeño, porque son el claro ejemplo de que el proceso de rendición de cuentas y transparencia no es una herramienta exclusiva para las grandes compañías. Destacando que los beneficios de un reporte, son iguales para todas las organizaciones independientemente del tamaño, estructura o mercado”, alentó Sinner, e indicó al trabajo en la cadena de valor que hacen las grandes empresas como principal motor para el incremento.

Pero no es sólo el tamaño el que presentó disparidades. Si se toma al origen de los capitales, las subsidiarias de empresas multinacionales representan más de la mitad de las que realizan estos reportes (61%). De esta forma, quedan en un segundo plano las compañías con capitales privados nacionales (34%), y mucho más atrás las de capitales mixtos (3%) y cooperativas (2%).

En el análisis también se observa que alrededor de 24 sectores diferentes de la economía han sido representados a través de un reporte de sustentabilidad. Su elaboración en la Argentina es ampliamente liderada por el sector de servicios financieros (21%) y el de alimentos y bebidas (11%), seguidos por energía (10%), agricultura (6%), telecomunicaciones, química y recursos humanos (5%).

Servicios financieros (21%) y alimentos y bebidas (11%) son las industrias con más cantidad de reportes.

El liderazgo de las dos primeras categorías parece encontrar su razón de ser en las características de esas industrias. “Uno de los pilares de una estrategia de desarrollo sustentable es el proceso de diálogo con los principales grupos de interés. Y estos dos sectores de la economía, siendo industrias de consumo masivo, pueden haber encontrado en el reporte una herramienta muy interesante para generar o disparar ese proceso de diálogo y de relevamiento de expectativas”, observó Sinner al respecto.

También hay que considerar, en lo que compete a las empresas del ámbito financiero, que se trata de un sector de alta regulación normativa y con una importante participación en el mercado de capitales. Esto hace que cuenten con la experiencia y el ejercicio de reportar y de hacer pública información, que generalmente, es de carácter financiero.

El desembarco de la ISO 26000 y la incipiente G4
A los lineamientos del GRI seguidos por la gran mayoría de las empresas argentinas, AG Sustentable señala la adopción complementaria de la guía ISO 26000. Año a año son más las organizaciones que la emplean y, en consecuencia, la consultora sostuvo que se integrará naturalmente con los reportes. Similar es el caso del Pacto Global de Naciones Unidas al que el 66% de las compañías están adheridas. De esta forma, estas tres iniciativas se presentan como las más importantes a nivel mundial en materia de sustentabilidad y se encuentran alineadas entre ellas.

La adopción del reporte integrado, en cambio, todavía no ha sido implementada localmente. Aunque, uno de los caminos que permitirá llegar a este tipo de informes parece ser la novedosa G4 del GRI. Los cambios que se prevén en ella buscarán elevará el estándar de los reportes y permitirán a las organizaciones enfocarse mejor en sus temas relevantes. Entre ellos, los nuevos indicadores de gobierno corporativo y cadena de valor se presentan como áreas a las que se deberá prestar especial atención.

En cuanto a la expectativa y aceptación que está generando la nueva guía, hay que tener en cuenta la destacable recomendación del GRI para comenzar a utilizar la Guía G4 a partir de los próximos reportes, aunque no se cumpla con el 100% de los requisitos. Por otro lado, el GRI contempla un período de transición de dos años para utilizar, gradualmente, la nueva guía. “Podemos ver que ya se están comenzando a publicar los primeros reportes G4 en el mundo y en la Argentina, y las perspectivas respecto de la aceptación de la nueva guía son muy buenas”, señaló Sinner sobre la repercusión que tendrá la iniciativa.

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