Los trabajadores franceses ahora podrán ignorar a sus jefes después del horario laboral


Una ley que alcanza a 250.000 trabajadores franceses de la industria de la tecnología y la consultoría prohíbe a sus jefes contactarlos por mail o teléfono después de la jornada laboral. E invita a los empleados a desconectarse después del trabajo.

El mail, los smartphones y la conectividad instantánea han hecho que la oficina no se limite al espacio físico y que los conceptos de “marcar tarjeta” o de “horas de trabajo” quedaran truncos. Conscientes de estas exigencias, que ponen en riesgo el cumplimiento de las famosas 35 horas semanales francesas, las federaciones de empresarios y los sindicatos de los sectores digitales y de tecnología en Francia han firmado un acuerdo legal que le pone un freno a esta situación.

Ahora es ilegal que los 250.000 trabajadores de estas industrias respondan mensajes o llamadas fuera del horario laboral, y deberán apagar sus teléfonos corporativos. Asimismo, las empresas deberán asegurarse de que sus colaboradores no reciban presión para que examinen documentos relacionados al trabajo en las 133 horas semanales destinadas al descanso y la recreación.

“Podemos permitir el trabajo extra en circunstancias especiales, pero siempre debemos volver a lo que es normal: a desenchufar, a dejar de estar permanentemente en el trabajo”, sostuvo al respecto Michel de la Force, Presidente de la Confederación General de Gestores. De esta forma, el gobierno francés espera volver a encauzar la jornada laboral de 35 horas semanales introducida al país en 1999, y que ha hecho famosa a Francia por sus políticas laborales protrabajador.

La legislación también regirá para las oficinas francesas de Google, Facebook, Deloitte y PwC. No es la primera vez que los titanes internacionales deben adaptarse al estilo de vida local. De hecho, Apple ya había sido multada por hacer trabajar a sus colaboradores por la noche. La sanción se debió a que en Francia los turnos entre las 21:00 y las 6:00 están prohibidos, a menos que el trabajo tenga un papel importante en la economía o sea socialmente útil.

Con esta medida, el estilo de vida de los trabajadores franceses sigue consolidándose como el más laxo de Europa, generando envidia y admiración en unos, y sospechas y recelos en otros. Entre sus principales derechos, los colaboradores disfrutan de una reducción de dos años en la edad de jubilación, licencia paga de seis semanas, licencias por enfermedad de lo más generosas y derechos de huelgas.

Sin embargo, todos estos beneficios parecieran no ser suficientes para mejorar la imagen del presidente Francois Hollande. El mandatario francés es visto como el líder menos popular de la Francia moderna. En gran medida, esto se debe a las malas políticas económicas que han elevado la tasa de desempleo en el país hasta superar el 11%.

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