Rick Ridgeway, el alpinista que ayudó a Patagonia a escalar en los rankings


Vicepresidente de Temas Ambientales en Patagonia y apodado "el auténtico Indiana Jones" por la revista Rolling Stone por su pasado aventureo, el ejecutivo ideó muchas de las campañas más revolucionarias de la marca en onda verde.

“Cuando sos un aventurero y te lanzás a las partes salvajes del mundo con los ojos abiertos, no podés evitar ver con tus propios ojos la degradación de ese mundo que amás, del que sos un apasionado”, cuenta el alpinista Rick Ridgeway, a la hora de explicar por qué dejo su mundo de montañas y hachas para convertirse en el actual Vicepresidente de Temas Ambientales de Patagonia.

Tal vez con la imagen del derretimiento de los glaciares del Kilimanjaro todavía en su retina y siguiendo los pasos de Yvon Chouinard -fundador de Patagonia, además de amigo y también montañista- Ridgeway desembarcó de lleno en la compañía en 2003. Atrás dejó hazañas heroicas como haber integrado uno de los primeros equipos en escalar la segunda montaña más alta del mundo, el K2 en Himalaya, o haber llegado a lugares recónditos en la Antártida o la Amazonia, solo algunos de los logros que le valieron el apodo del “Auténtico Indiana Jones”.

Pero en el mundo empresario siguió cosechando méritos, fiel al lema de la compañía “Hacer el mejor producto sin daños innecesarios”. Fue el artífice de iniciativas ambientales de vanguardia como “The Footprint Chronicles”, que permite a los consumidores reconstruir toda la cadena de valor de los productos desde la materia prima a la fabricación, o “Common Threads”, una campaña que invita a reducir el consumo, reusar y reciclar, propiciando pensar dos veces antes de comprar una nueva campera . Hitos ambientales clave que sin duda ayudaron a la compañía en los últimos años a posicionarse casi como un sinónimo de empresa sustentable y a escalar de su mano en rankings tan cotizados como el de Globe Scan y Sustainability.

De visita en Argentina para presentar la colección de lana merino sustentable generada en Patagonia por Patagonia, Ridgeway se hizo un rato para conversar con Tres Mandamientos. Más allá de repasar este proyecto local llevado adelante con Ovis XXI y The Nature Conservancy, que apuesta a restaurar los pastizales de la Patagonia argentina y chilena de la mano de un pastoreo más holístico (ver recuadro), el ejecutivo también repasó los principios fundacionales de la compañía.

Primero se volcaron al algodón orgánico en 1996 y ahora van por la lana sustentable. ¿Cuál es la importancia de este proyecto en el corazón de Patagonia?

El significado más grande que este proyecto tiene para nosotros es su potencial para restaurar pastizales, para protegerlos de la erosión y también para convertirlos en hábitats adecuados para la vida silvestre, mientras siguen siendo adecuados para criar ovejas. Estamos cumpliendo con nuestra misión y es un gran desafío hacerlo. Siempre es muy gratificante para nosotros cuando encontraamos un programa como el de la lana, que nos permite hacer nuestro producto y hacer nuestra mejor parte.

El programa de la lana hace eso tan bien, que queremos usarlo como un modelo. En Patagonia se le presta mucha atención a los materiales que usamos en nuestros productos, a la fuente de donde vienen y al efecto que su procedencia tiene, tanto en el ambiente como en las sociedades.

El programa lo hacen en colaboración con otras organizaciones y busca generar un mercado de lana sustentable abierto a otras empresas. Todos sus últimos proyectos incluyen de alguna manera a la industria, a los consumidores, alianzas..¿Parte de su último es evangelizar e incluir a otros actores?

El programa de la lana es un ejemplo de lo que en los negocios se llama cambiar el sistema. Es una frase popular entre la gente que es devota a la sustentabilidad. Nos estamos dando cuenta de que los problemas ambientales derivados de la fabricación de bienes de consumo son tan grandes, y la cadena de suministro para hacerlos es tan compleja, que para realmente generar un gran cambio tenemos que cambiar todo el sistema y no solo una pequeña parte.

Si querés provocar este cambio, tenés que hacerlo con la colaboración no solo de otras compañías, sino también con la ayuda de gobiernos, ONG, universidades y científicos. Es necesario que toda esa gente se reúna colaborativamente para tratar de hacer un cambio en el sistema. Patagonia está interesada en cambiar el sistema, la cadena de suministro y la forma en que hacemos los productos de vestimenta, desde el inicio de la creación de materiales hasta la entrega de los productos en las tiendas, su venta a nuestros clientes, y también el uso y cuidado que nuestros clientes hacen de los productos que les vendemos y el fin de la vida útil de los productos.

Cambiar el sistema requiere a menudo traer socios y en el caso de la lana se formó una alianza con ONG y los mismos productores de lana. Al final, también debe incluir una alianza con nuestros consumidores para apoyar el programa a través de la compra de estos productos.


¿Cuál es hoy el mayor desafío dentro de esta cadena tan extensa?

Podemos ayudar y alentar a nuestros clientes para que cuiden sus productos y esperar que lo hagan. Pero el área en la que tenemos influencia directa está en la cadena de suministros. Y ahí es donde Patagonia está empezando a enfocar una mayor parte de sus recursos y energías para reducir sus impactos. El programa de la lana es un buen ejemplo de eso.

La situación varía, según los distintos materiales. En el caso del algodón orgánico, sin pesticidas e insecticidas, todavía hay un impacto enorme en la tierra por el agua. Entonces en Patagonia también tenemos que prestar atención a qué tipo de algodón orgánicamente cultivado utilizamos para tener una cadena de custodia completa. Cuando logramos hacer la trazabilidad hasta su origen en la granja, tenemos la habilidad de comprar algodón a granjeros que lo cultivan con prácticas de uso de agua sustentable.

Eso es lo que hacemos y es mucho más complicado hacerlo. Es más fácil y menos costoso comprar algodón en un mercado de materias primas, sin prestar atención a su origen, sus impactos en el planeta. Sin mirar si vino de Uzbekistán, donde la irrigación ha drenado completamente el Mar Caspio y matado a toda la vida silvestre de todo el área. Pero a nosotros sí nos importa, entonces nos ocupamos de trazar nuestros productos desde el inicio.

Recientemente empezamos a hacerlo con las plumas que usamos en nuestras camperas. Una ONG en Europa empezó a hacer un trabajo muy minucioso, que nosotros deberíamos haber hecho desde un principio, que fue trazar el proceso hasta las granjas donde se crían los gansos. Descubrieron que se cometían abusos contra los gansos, desplumándolos mientras aún estaban con vida. Nosotros no queríamos formar parte de una cadena de suministro que operara de ese modo, por lo que hicimos un gran esfuerzo por trazar nuestra cadena hasta las granjas y determinar que en la crianza no se cometían daños innecesarios.

Un punto importante es hacer nuestra ropa siempre tratando de reducir su huella. Para eso tenemos un gran equipo en Patagonia enfocado exclusivamente en los materiales. Pero hay muchas maneras en las que podemos contribuir al cambio. Eso también incluye trabajar con otras compañías para guiarlas en la adopción de mejores prácticas y alentarlas a hacer lo que nosotros hacemos. Así lo hacemos con el material de los trajes de buceo. En vez de patentar ese proceso, se lo estamos dando a cualquiera que quiera usarlo, con la esperanza de que lo usen. Y sucede lo mismo con el programa de la lana.



“Podés proteger al negocio,
protegiendo el planeta"

Se trata de una manera casi revolucionaria de acercarse al mundo de los negocios y también de redefinir el concepto de “competencia”.

Es una forma distinta de pensar los negocios y es algo que incomoda a algunas personas. Muchas personas de negocios simplemente asumen que cuando se te ocurre una nueva invención, tenés que patentarla y proteger la propiedad intelectual. Se la ve como una propiedad, como algo que te pertenece y no como un terreno común intelectual. Pero nosotros reconocemos que viéndolo desde una perspectiva más alta, no es la mejor manera de hacer negocios. De hecho, creando un terreno común para las ideas intelectuales, podés mejorar tu negocio al escalar la producción de materiales que se vuelven menos costosos. Podés ganar una ventaja competitiva al ser el primero en el mercado y ganar la fidelidad de tus consumidores a través de tus compromisos. Pero lo más importante es que podés proteger tu negocio, al proteger el planeta.

Sonará como una idea disparatada. Pero si ves estos problemas desde una perspectiva global, te das cuenta de que la salud de tu negocio depende enteramente de la salud del planeta, porque es la que provee a tu compañía. Sin importar el tipo de productos que hagas, es una realidad para todas las empresas que está en el negocio de los bienes de consumo. Tu negocio depende de la salud del planeta para que te provea los recursos para hacer tus productos y te provea de sociedades saludables a las que puedas venderles esos bienes.

Si eso significa que esas metas se pueden alcanzar más efectivamente al compartir nuestra propiedad intelectual, entonces eso es lo que vamos a hacer y es lo que estamos haciendo. Esto no es exclusivo de Patagonia. Tesla., la automotriz que hace autos eléctricos en Estados Unidos, abrió todas sus patentes al dominio público por muchas de las mismas razones.

En este camino de desafiar paradigmas y poner metas tan ambiciosas, no es raro que se les exiga más que al resto. Uno por ejemplo podría decir, ¿por qué solo hacen una línea de ropa de comercio justo y no toda? O ¿por qué no hacer toda la lana sustentable y no solo la merino?

Yvon es famoso por decir que vivir sustentablemente es un verdadero dolor de trasero y, de hecho, escribió un ensayo titulado de esa forma. Y eso es completamente cierto. Definitivamente no es la forma más fácil de hacer negocios y también es una meta que nunca podés alcanzar. Es como intentar llegar al final del arco iris o del horizonte: simplemente seguís caminando hacia él, mientras se sigue alejando.

En el caso del comercio justo, cada año tenemos que trabajar con más fábricas para convencerlas de cambiar sus prácticas para que cumplan con los requerimientos para ser certificadas. Tenemos equipos de personas que están yendo a todas partes del mundo a trabajar con los dueños de las fábricas para lograr que cambien sus prácticas, algo que realmente mejora la vida de las personas que hacen los productos de un modo significativo. Ese trabajo nunca va a terminar, nunca va a ser perfecto, siempre vas a poder hacer algo mejor. Sabemos que es un compromiso que nunca vamos a alcanzar y eso está bien.

La razón por la que la declaración de la misión dice “hacer el mejor producto sin daños innecesarios” es porque nos damos cuenta de que hacer cualquier bien va a ocasionar un daño. No dice “hacer el mejor producto con el menor daño”, sino “sin daños innecesarios”. Y elegimos esas palabras con mucho cuidado y a propósito. Innecesario significa que hay un daño necesario, está implícito que lo hay. Queremos asegurarnos de que la gente siempre piense en eso.

Cuando te das cuenta de que siempre vas a ocasionar algún daño, te das cuenta de que tu trabajo por no ocasionar daños innecesarios es algo que nunca vas a alcanzar. Siempre vas a poder mejorar, sin importar donde estés parado. Sin importar cuánto reduzcas tu huella, siempre vas a poder reducirla más, porque nunca va a desaparecer.

Lana merino sustentable, por Patagonia en Patagonia

En sintonía con su misión corporativa de no ocasionar impactos innecesarios, Patagonia dio a conocer en Argentina, con la presencia de Rick Ridgeway, esta línea de ropa que ayuda a restaurar los pastizales de la Patagonia argentina y chilena. En alianza con la red de productores ovinos Ovis XXI y la Fundación internacional The Nature Conservancy, apuestan por un pastoreo holístico que regenera el suelo. Actualmente, un millón de hectáreas trabajan bajo el estándar GRASS, desarrollado en conjunto por las organizaciones. La expectativa es alcanzar los seis millones, ya que a medida que más empresas demanden esta lana, más productores ovinos se podrán incorporar a esta práctica.

Con esta iniciativa Patagonia busca generar un nuevo mercado de lana desde la raíz y apuesta a que sus competidores se le unan. Por un lado, la compañía de ropa ya tiene a la venta en su local de Buenos Aires las primeras prendas realizadas a partir de esta lana: medias, baselayers (ropa interior), remeras y sweaters. Por otro, empresas y diseñadores como Stella McCartney y Woolfolk se sumaron a la iniciativa y adquirieron lana Merino sustentable. Las empresas Ultimate Merino, Cúbreme, Le Pau y Sox Pigue también se adhirieron.

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