En 2007, la empresa quiso garantizar su producción sin comprometer el recurso hídrico. De la mano de eficiencia en su uso, tratamiento de efluentes y acceso a las comunidades está a punto de lograrlo casi 5 años antes de su plazo. En nuestro país, ya lo cumplió.
Hace ocho años, Coca Cola se trazaba la ambiciosa meta de alcanzar a nivel mundial el reabastecimiento de la totalidad del agua que utiliza en sus productos y procesos productivos al 2020. Gracias a la implementación de diversas iniciativas, han logrado llegar al 94% del volumen de ventas del 2014 y esperan completarlo hacia fines de 2015. En Argentina, la pata local se mostró pionera y ya alcanzó el 100%.
"El agua es mucho más que un componente esencial de nuestras bebidas o el insumo para la producción de ingredientes agrícolas de los cuales depende nuestro negocio. Es el recurso más preciado para la vida humana y las salud de nuestros ecosistemas", apuntó Soledad Izquierdo, Vice Presidente de Asuntos Públicos y Comunicación para el Sur de América Latina de Coca-Cola. Y con este pensamiento junto a sus socios embotelladores continúan trabajando para llegar a ser la primera empresa de alimentos y bebidas en obtener una huella hídrica neutral.
Mejorar puertas adentro y afuera
Para hacerlo posible, año a año el sistema ha aumentado la eficiencia de sus plantas. Todas las instalaciones se someten a un análisis de vulnerabilidad de las fuentes de agua y buscan su reducción y reutilización a lo largo de toda la cadena. Esto se muestra, por ejemplo, en el paso que hicieron de 2,7 litros de agua por cada litro de producto de su portfolio a 2,3. Y no conformes ahora apuntan a llegar al 1,7.
Por cada litro de producto del portfolio se pasó de utilizar 2,7 litros de agua a 2,3.
A esto se suma la tarea de reposición del recurso hídrico a las cuencas y comunidades por medio del tratamiento de los efluentes para devolverlos en una calidad que pueda soportar la vida acuática. Y la batería de herramientas se completa a través de su participación activa en proyectos comunitarios enfocados en el reabastecimiento y saneamiento a nivel local que provean y mejoren el acceso de agua segura. "Estamos convencidos de que no hay negocios sustentables en comunidades que no lo son", expresó Izquierdo.
De 2004 a la fecha, a través de 209 proyectos en 61 países, llegaron a la reposición de un volumen estimado en 153.600 millones de litros de los cuales 126.700 millones corresponden a 2014. "Es un enfoque muy integral que estamos llevando adelante de la mano con otras organizaciones expertas", comentó la representante sobre este esfuerzo mancomunado.
Una tarea de todos
Al tratarse de un tema tan complejo, las alianzas se convirtieron en el elemento clave. A nivel global, dos de sus aliados más importantes son la iniciativa Replenish Africa Initiative (RAIN) de The Coca-Cola Africa Foundation, y la colaboración entre el programa Every Drop Matters de la Compañía, y el PNUD.
A través de RAIN y otras organizaciones y gobiernos buscan llevar agua potable a unas 6 millones de personas en África para el 2020. A través de Every Drop Matters y el PNUD, el foco es mejorar el acceso para más de un millón de personas en Europa del Este, y el Medio Oriente. "Nosotros creemos en este concepto del triángulo dorado de trabajo entre sector público, privado y la sociedad civil para tener proyectos que sean realmente de largo alcance", observó la vice presidente de asuntos públicos y comunicación.
A nivel local, se destacan los programas que desarrolla en asociación con entidades no gubernamentales, como Fundación Vida Silvestre y Fundación AVINA. Entre ellas, la conservación de la Laguna de Guanacache en Mendoza logra almacenar el equivalente a 480 piletas olímpicas con las lluvias de verano. El icónico caso de la comunidad El Alfarcito con la entrañable figura del padre Chifri también ha sido uno de los proyectos bandera por su impacto en el desarrollo humano, agro-productivo y turístico de la región.
"Este es el rol que tiene el agua en nuestras vidas. A veces cuando uno lo tiene, lo descuenta, no lo valora, pero en realidad marca cosas tan importantes como la salud y el estilo de vida. Es un aprendizaje poder valorar este preciado recurso y es una tarea que necesitamos hacer entre todos", disparó Izquierdo.
Lo que importa, se mide
Pero de poco sirve ayudar si no se puede evaluar el impacto real que se está teniendo. En lo que se refiere a la evaluación de los resultados, The Nature Conservancy resultó el socio ideal para el diseño de la metodología de cuantificación. Este sistema también fue objeto de revisión técnico-científica por parte de expertos que verificaron el uso de los métodos y su precisión."Creemos que es una pieza fundamental en todo este proceso", opinó la vocera.
De esta forma, cada proyecto se somete a un análisis en función de diversos criterios sociales, ambientales y económicos, de cantidad de metros cúbicos potenciales, facilidad de implementación, criticidad de la zona, entre otros. La opción también se remite a una consultoría externa y a Deloitte para una segunda verificación. "Recién después de que atraviesa todos estos pasos se comienza a implementar la iniciativa y todo lo que sucede se publica en un informe de reabastecimiento de agua", ultimó Izquierdo.
Y aunque la huella hídrica de los crecientes ingredientes agrícolas utilizados por el sistema no se incluye en esta meta, las prácticas sustentables son parte de los Principios Rectores de Agricultura Sustentable de Coca-Cola para sus proveedores.