El think tank da a conocer las diez tendencias que marcarán el año. Acompañanos a recorrerlas desde la agenda climática a la inteligencia artificial, pasando por la porliferación de súper bichos y la diversidad.
SustainAbility llevó adelante su clásica revisión anual de tendencias para identificar las diez cuestiones que tendrán un impacto significativo en la sustentabilidad global y el sector corporativo en 2018.
Seguimos intentando
Tras el anuncio de Donald Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París y el giro en la posición alemana a seguir dependiendo del uso del carbono, el liderazgo gubernamental en la acción climática global recibió grandes golpes. A pesar de este vacío, una serie de actores nacionales y subnacionales se muestran más comprometidos que nunca.
Y el apartado empresarial no es una excepción: las empresas con planes comerciales que involucren un precio al carbono incrementarán más de ocho veces entre 2014 y 2019. Y entre las que ya lo están haciendo se encuentran más de 100 titanes del Fortune 500. Además, más de 200 de las más grandes multinacionales como Ford y Unilever ya están fijando metas de reducción basadas en la ciencia.
Para este 2018, lo expertos apuntan que crecerán las expectativas para que las compañías incorporen la generación renovable, eficiencia energética y reducción de emisiones en sus cadenas de suministro y uso final del producto.
Nosotros también importamos
Las decisiones políticas de Trump también tuvieron su coletazo social. Considerado un presidente tanto islamofóbico como misógino, las calles estadounidenses se han llenado de protestas por su accionar y decir. En este sentido, el movimiento Me Too fundado hace diez años, se volvió viral alrededor del mundo tras la ola de escándalos sexuales que se destaparon en Hollywood.
El sector corporativo no quedó ajeno. Entre los casos más icónicos, destacó el de los gigantes tecnológicos como Uber, Facebook, Google y Tesla que enfrentaron acusaciones de prejuicio racial, sexismo, acoso y disparidad salarial basada en el género durante el último año.
Y aunque también se cuentan cientos de casos de accionar ejemplar, para este año, los inversores y el público aumentarán la presión para que las corporaciones aborden estas cuestiones de diversidad racial y de género y acoso sexual. Deberán entregar datos robustos que proporcionen evidencia pública del cambio. Este mayor escrutinio también se sentirá en los procesos internos, políticas y protocolos de RRHH.
La carga hacia adelante
Las acciones de China acelerarán la transición global a una movilidad de bajo carbono: el país asiático se unió a Reino Unido, Francia y Noruega en el anuncio de eventuales prohibiciones a vehículos que se basen en un 100% en motores de combustión interna.
Ahora las automotrices deberán elevar la vara si no quieren quedarse fuera del atractivo mercado chino, que ya se ha convertido en el que tiene mayor cantidad de automóviles eléctricos en la ruta, desplazando a Estados Unidos en 2016.
Para seguir siendo relevante en el creciente mercado híbrido y EV global, los fabricantes deberán innovar rápidamente para producir vehículos económicos, pequeños y eficientes que cumplan las necesidades de diversos consumidores y regulaciones internacionales.
La importancia del cuarto poder
La libertad de expresión ha sufrido un alarmante declive en la última década tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. Y el coup de grâce vino de la mano de Estados Unidos con el retroceso en la neutralidad de la red.
Esta tendencia negativa parece continuar a lo largo del 2018 a medida que la vigilancia de las comunicaciones privadas alcanza un alto histórico, con gobiernos como el de Reino Unido que habilitan la vigilancia digital.
En cuanto a las empresas, se enfrentarán a mayores presiones para asumir una posición y abordar cuestiones como privacidad de datos, vigilancia y libertad de información a lo largo de este 2018. Aquellas compañías de redes social pueden esperar un mayor escrutinio y regulación en respuesta a los algoritmos opacos y políticas que gobiernan la publicación de contenido online y publicidad.
Líderes de palabras y acciones
Los últimos dos años vieron un alza sin precedentes en el liderazgo de compañías y CEOs que vocalizan problemáticas de alto perfil. Entre ellos, los líderes de Intel, Merck y Under Armor fueron los primeros del sector privado en exigir justicia racial después de las protestas de Charlottesville, mientras que el co fundador de Google, Sergey Brin, se unió a los protestantes en aeropuerto internacional de San Francisco en contra del veto migratorio de Trump.
Así, atrás quedaron los días en que las empresas temían la confrontación con consumidores o gobiernos y que optaban por no adoptar una postura pública. En 2017, los riesgos de permanecer callados fueron mayores, y se espera que esto se intensifique este año.
De ahora en adelante, los negocios exitosos serán aquellos que alineen de manera auténtica y consistente sus valores centrales al modelo comercial.
La basura habla
China vuelve a dar un empujón a otra cuestión: la industria global de reciclado. La nación decidió prohibir las importaciones de plásticos y papeles de países desarrollados. A nivel global, el país recibe el 56% de plástico residual mundial para ser reutilizado. Sin embargo, su gestión de residuos doméstica no muestra buenos resultados y es el mayor responsable de la basura en los océanos. Es por eso que la potencia decidió poner un alto a las importaciones.
La decisión china ofrece tanto desafíos como oportunidades para las multinacionales. Aquellas que trabajan con los gobiernos para reducir los residuos en la fuente y para las productoras de bienes de consumo deberán alejarse de un diseño de obsolescencia hacia uno de reparación, reciclaje y reutilización.
Además, la prohibición abre oportunidades de procesos de reciclado locales que estimularán la innovación y la creación de trabajos.
El auge de los súper bichos
Cada vez son mayores los esfuerzos globales para taclear la resistencia antimicrobiana (AMR). Y es que a pesar de ser un proceso natural e inevitable, la evolución de la AMR se ha acelerado por el uso inapropiado de antibióticos en humanos, animales y cultivos. Por lo que muchos antibióticos en el mercado ven mermar su efectividad y llevó a la proliferación de bichos resistentes a múltiples drogas.
Para los expertos, este 2018 se presenta como un año clave para que las farmacéuticas, gobiernos e instituciones multilaterales logren un progreso.
La problemática de la AMR ocupará la agenda de la industria de ciencias de la vida a partir de ahora. Se espera que las corporaciones hagan su parte en el desarrollo de nuevas vacunas, terapias y diagnósticos; y que a la vez aseguren el acceso y uso apropiado, mientras reducen los impactos ambientales de la fabricación, uso y disposición final. La tarea también atañe a otras industrias que se valen de antibióticos, como las de alimentos/bebidas y agricultura. Estas deberán ser responsables en la trazabilidad y reducción de ellos a lo largo de sus cadenas.
Una repartición justa
Tras los Paradise Papers y la reciente reforma impositiva estadounidense, se volvió patente la desigual distribución de las riquezas en todo el globo.
El 2018 será testigo de todavía más pedidos públicos de enfrentar el problema de impuestos perdidos en paraísos fiscales o sin declarar que equivalen a miles de millones de dólares de dinero estatal que podría ser invertido de vuelta en las comunidades donde se generaron las ganancias. Sin embargo, desde SustainAbility advierten que las reformas regulatorias necesarias para que empresas e individuos no escapen de sus obligaciones fiscales será un proceso complejo y lento.
Más allá de la presión gubernamental, a nivel mundial el público y los inversores como BlackRock demandan cada vez más a las empresas a entregar valor social y ambiental. A partir de este año, a medida que las corporaciones se esfuerzan por crear identidades auténticas y relaciones de confianza con los consumidores, la evasión de impuestos y falta de transparencia financiera resultará en una mayor desconfianza.
Viva La Resiliencia
No es de extrañar que entre las diez tendencias figuren los impactos climáticos. A lo largo de los últimos doce meses, el mundo sufrió algunos de los climas más extremos de la historia.
Y mientras que las compañías se han involucrado de lleno en esfuerzos de resiliencia climática en países en desarrollo en los últimos años, el 2017 marcó un incremento significativo en esfuerzos a mayor escala en naciones desarrolladas. Tal fue el caso de Facebook, Shell y Tesla que pasaron de las donaciones a ofrecer apoyo y tecnología in situ.
Es así que este año verá más corporaciones abordar la problemática tanto en sus operaciones como en sus cadenas de suministro. Son cada vez más las que dan pasos para evaluar su exposición al riesgo e incorporar la adaptación a la estrategia de negocios.
Influencia de la I.A.
La Inteligencia Artificial se expande rápidamente y está transformando todo a nuestro alrededor, desde la guerra a la agricultura, pasando por el transporte, planteando nuevos dilemas morales y retos de gobernanza en el proceso.
Desde SustainAbility apuntan que en este 2018, la IA ayudará a hacer nuestras vidas más seguras y convenientes mediante vehículos autónomos, el Internet de las cosas y la fabricación inteligente.
Pero este avance tiene una cara doble. Pronto se usará en zonas de combate militares, con capacidad de atacar estados y corporaciones extranjeras a una velocidad y precisión de la que los humanos no podemos defendernos. Además, próximamente se integrará en la mayoría de los software que usamos, ya sea que lo sepamos o no. Así, la IA va más allá de mejorar la conveniencia de actividades diarias, generando impactos de amplio rango con implicaciones para la seguridad nacional y las relaciones internacionales.
Las empresas también tienen por delante un escenario dual. Quienes no inviertan en la IA como parte de sus cadenas quedarán atrás de aquellas que lo hagan y se privarán de porciones de mercado como también de ahorros y ganancias de eficiencia. Sin embargo la adopción de esta tecnología se perfila como un riesgo de desempleo estructural para quienes no sean expertos de los campos en demanda.