En esta entrevista radial, Matias Portela, Cofundador de Ondulé, nos cuenta la evolución de la Empresa B cordobesa que fue reconocido en la última edición del prestigioso B Corp Best for the World.
Fundada hace siete años, Ondulé se convirtió en la primera cordobesa en certificar como Empresa B. Con el fin de fomentar la creatividad de los niños a partir de juguetes elaborados de cartón reciclado, basó su innovador concepto en un modelo de negocios en triple línea de resultados.
"Empezamos a construir esto con la lógica de entender que a partir de los negocios se puede generar un impacto positivo en la sociedad. Vivimos en un sistema capitalista y creo que hay ciertas reglas de juego que pueden doblarse más a favor de la gente y del ambiente", disparó en esta entrevista radial Matias Portela, Cofundador de Ondulé.
Este espíritu la llevó este año a quedar como una de las 25 Empresas B de Argentina reconocidas en la última edición del B Corp Best for the World. Su desempeño en la categoría de medio ambiente le valió este logro. "Nos llegó de sorpresa y fue una forma de validar que vamos por el buen camino", expresó Portela.
Y es que en su corta historia de vida, ya lleva 80.000 productos producidos con cartón reciclado, lo que permitió el ahorro de 500.293 litros de agua, 26682 litros de aceite, 75970Kv/hora de energía. Todo esto se tradujo en mitigar la generación de 22.235 Kg de CO2.
Crecer junto a la comunidad
En lo que hace al apartado social, el suministro de cartón viene de dos fuentes: una corrugadora y cooperativas de recicladores urbanos. En paralelo, se encuentran trabajando en un proyecto para que los cartoneros fabriquen íntegramente algunos productos y no se limiten a proveerlos. "La idea es que ellos puedan agregarle valor y sumar trabajo y mejorar su ingreso y calidad de vida", remarcó el cofundador.
Por otro lado, el packaging lo tercerizan a asociaciones civiles y cooperativas. "Son personas que están en situación de vulnerabilidad. Principalmente son mujeres o mamás solteras", explicó el entrevistado. Con eso en cuenta, desde la compañía se rigen con principios de comercio justo. "No les cambiamos la vida, pero por lo menos les mejoramos la calidad de vida. Ese es el desafío", reflexionó el emprendedor.
Espacios de juego inconcluso
El impacto también viene de la mano de la propuesta didáctica de los propios productos. "Más que un juguete es un espacio de juego inconcluso que son los niños que los tienen que terminar", contó Portela. Así, la variada oferta incluye desde casas y castillos hasta cohetes y aviones, de tamaño chico a grande, todos hechos de cartón blanco . "El cartón blanco viene a ser un lienzo para que el niño plasme su creatividad e imaginación", asoció el empresario social.
Ideados con el asesoramiento de profesionales de la infancia como psicopedagogas, motricistas y maestras de jardín, los diseños parten de ver a la caja como disparador. "Hay un avance de la tecnología de la infancia. La tecnología vino para quedarse, pero los chicos también necesitan de este juego que los conecte con nuestras raíces", opinó el entrevistado.
De esta manera, partiendo desde la premisa de que el juego es la forma natural del ser humano de comunicarse, mediante los juguetes buscan dar la posibilidad de que los padres puedan conectarse emocionalmente con sus hijos. "Ese es el concepto de Ondulé que queremos transmitir. Además de todo lo social y ambiental, trabajamos fuertemente en el valor agregado del producto para la familia, los niños y los padres", subrayó el cofundador.
Estrategias para reinventarse
La estrategia de comercialización también encontró en las ventas corporativas una buena manera de posicionarse. Y profundizando esta posibilidad, se han articulado con diversas grandes empresas para desarrollar productos de marketing a partir de los descartes corporativos para que lleguen al mercado infantil.
"Hay empresas que quieren profundizar su impacto, pero las grandes estructuras que generan que todo sea un poco más lento", apuntó Portela. Es por eso que desde Ondulé aprovechan el hecho de ser una PYME para suplir estas necesidades mediante la posibilidad de innovación y flexibilidad.
El Estado, ominipresente
La articulación con el Estado también se ha vuelto clave en esta búsqueda de generar un mayor impacto. "El estado es omnipresente", sintetizó el entrevistado. Así, junto al Gobierno de Córdoba se sumaron al Programa Sala Cuna, una iniciativa de guarderías para que las mamás que necesitan terminar sus estudios o salir a buscar trabajo puedan dejar a sus hijos.
Desde la B Corp desarrollaron libros de tela para bebés de 45 días a dos años. "Desde el producto llegamos a miles de chicos que no tienen acceso a un juguete que busque su desarrollo cognitivo", comentó el emprendedor.
De esta forma, desde la cordobesa la idea es seguir creciendo a través de distintas estrategias en el plano local y el internacional. Y la propuesta parece estar rindiendo: pese a un evidente paro en el consumo interno, las ventas saltaron los límites provinciales y en la actualidad comercializan en 250 puntos de venta en Argentina.
La realidad del mercado local también fue un factor para pensar en el extranjero, con exportaciones a Chile, Uruguay y Guatemala. En este último aspecto, la empresa apunta a escalar en latinoamérica, y fabricar los juguetes en los lugares donde tengan mercado. "Mientras mejor nos va, más impacto positivo generamos", lanzó Portela.