Christian Silveri, Gerente de Asuntos Corporativos para Natura Latinoamérica, comparte con nosotros el proyecto de Pago por Servicios Ambientales desarrollado en el marco de su emblemático Programa Carbono Neutro.
Como parte de su icónico Programa Carbono Neutro, Natura desarrolló el proyecto de Pago por Servicios Ambientales (PSA) en la Amazonia. La iniciativa implica remunerar a las comunidades originarias con las que trabaja no solo por la compra de insumos y distribución de beneficios, sino sumarle ahora un plus económico por la conservación ambiental.
"Natura busca no generar ningún tipo de impacto negativo con su actividad. La modalidad insetting es una evolución respecto de la compensación tradicional que es la compra de bonos en el mercado voluntario. Natura busca recuperar espacios que estén integrados a su propia cadena de valor", explicó en esta entrevista radial Christian Silveri, Gerente de Asuntos Corporativos para Natura Latinoamérica.
Así, mediante la práctica conocida como Carbon Insetting, la cosmética paga por servicios ambientales que se dan dentro de su producción. Esto la lleva a relacionarse con los grupos agroextractivistas integrando tres frentes: compra de insumos, distribución de beneficios por el acceso al conocimiento tradicional y, desde ahora, conservación forestal.
Un plan redondo
"Es un plan redondo porque funciona de muchas maneras", disparó Silveri. Y es que esta pata social fortalecida viene a cerrar el círculo en triple línea de resultados que se realiza a nivel ambiental, con la conservación del Amazonas, y a nivel económico para la compañía, en un mercado global donde los productos originarios resultan mucho más atractivos para el consumo que los sustitutos.
La puesta en práctica del proyecto refleja esto. En 2013 se llevó adelante una primera etapa piloto del proyecto PSA en asociación con la cooperativa amazónica RECA, que reúne a productores rurales de la zona y que provee de activos a la línea Ekos desde el año 2001. En solo tres años, se logró proteger una superficie forestal equivalente a 190 campos de fútbol, y se evitó la emisión de 104.000 toneladas de gas carbónico en la atmósfera. "La capacidad de regeneración es increíble", apuntó el gerente.
Además, el pago que hizo la compañía por ese servicio ambiental de conservación entre 2013 y 2016 superó varias veces el total que invirtió en la compra de activos de la misma región. "El punto no es que la gente lo hace solamente porque es altruista y está preocupada por el medio ambiente. El productor lo hace porque le conviene, se da cuenta que la sustentabilidad es negocio para él", remarcó el entrevistado.
El planteo refuerza la idea de que es económicamente factible conciliar actividades productivas y el mantenimiento de la flora en pie. "Cuanto menor sea la tala de flora en pie más es el retorno financiero que van a tener por sus servicios", observó Silveri.
A partir de este año, y durante los próximos 30 años, el monitoreo de las áreas y el pago se realizarán anualmente. El objetivo es que, a lo largo de ese período, la tasa de desmonte en el área caiga a cero y que pueda replicarse en otras regiones de la Amazonia.
Pero la empresa va por más: la metodología del PSA está sistematizada y es pública. De esta manera, apuntan a que pueda ser reproducida y aplicada por otras empresas, organizaciones y cooperativas que quieran contribuir a la conservación del medioambiente. "Lo bueno de esto sería que trascendiera de la experiencia solamente de Natura porque por muy buenos que pretendamos ser, con nuestro aporte no alcanza", expresó el gerente.
El espíritu de todo esto se engloba en la visión a largo plazo de la compañía. "Natura tiene una misión, la expectativa al 2050 de ser una generadora de impacto positivo: no solamente compensar las emisiones de carbono que nosotros generamos, sino más", compartió el ejecutivo.
