Adelantándose al resto de la UE, el país busca dejar de importar soja, aceite de palma, carne de res, madera y otros productos relacionados con la deforestación y la agricultura insostenible.
Lanzada por el Ministerio de Medio Ambiente, Francia dio a conocer su ambiciosa estrategia nacional para combatir la deforestación importada. En la misma apunta a valerse del comercio para ayudar a disociar el desarrollo económico de la tala de árboles y la agricultura insostenible en los países más pobres.
Con fecha al 2030, el plan también tiene como foco ayudar a las empresas a alcanzar sus propios objetivos para combatir la importación de productos vinculados a la deforestación. En paralelo, alentará a los financieros a tomar en cuenta las cuestiones ambientales y sociales para las decisiones de inversión.
La estrategia se ideó como respuesta al hecho de que las importaciones europeas de productos agrícolas, que van desde la carne de res y la soja de América Latina hasta el aceite de palma del sudeste asiático y el cacao de África, son responsables de más de un tercio de la deforestación.
En paralelo, la estrategia se lanzó en medio de la creciente preocupación por el aumento de la deforestación en la selva tropical más grande del mundo, el Amazonas, tras la elección de Jair Bolsonaro en Brasil. La tala aumentó en casi un 50% durante la campaña electoral.
Diversos expertos coinciden en que la mejor manera de que la UE resista el impacto de Bolsonaro sea a través del comercio. Y es que la UE es el mayor inversor extranjero en Brasil y su segundo socio comercial, con una participación del 18,3%.
El plan también recalca la importancia de los bosques: albergan más del 75% de la biodiversidad del mundo, absorben las emisiones de dióxido de carbono del clima y ayudan a proteger el suelo y el agua dulce.
Sin embargo, el documento reveló que la cobertura forestal mundial se redujo en 129 millones de hectáreas -dos veces el tamaño de Francia- entre 1990 y 2015.
