El último edificio de Coca-Cola fue certificado como el más sustentable de Argentina


Ubicado en el barrio de Saavedra, se convirtió en el primer proyecto local en certificar LEED con una puntuación tan alta: 91 de 100 puntos. Este puntaje también lo posicionó entre los cuatro mejores sobre un total de 40 proyectos de Argentina, Chile y Brasil.

El nuevo edificio de Coca-Cola de Argentina, ubicado en el barrio de Saavedra, recibió la certificación LEED Platinum (Leadership in Energy & Environmental Design).

La certificación LEED

Desarrollada por el United States Green Building Council (USGBC: www.usgbc.org) y administrado por el Green Building Certification Institute (GBCI: www.gbci.org), la certificación LEED goza hoy en día del mayor reconocimiento en la industria de la construcción en los Estados Unidos, así como a nivel internacional.

Es la máxima distinción de proyectos de construcción que demuestran un compromiso con la sustentabilidad al cumplir los más altos estándares de desempeño en eficiencia energética y bajo impacto al medio ambiente desde la construcción de sus cimientos y durante su uso posterior.

La construcción bajo estándares LEED implica además beneficios como ahorros en los costos de operación y mayor eficiencia en la operación y mantenimiento, incremento en la productividad y la salud de sus ocupantes.

Así, se consagró como el proyecto más sustentable y comprometido con el medio ambiente de nuestro país tras certificar con una puntuación de 91/100 puntos. Este puntaje también lo posicionó entre los cuatro mejores sobre un total de 40 proyectos de Argentina, Chile y Brasil.

El edificio Coca-Cola
La construcción de 15.000 m2 se inauguró el 8 de mayo. Cuenta con 14 pisos y espacios abiertos de trabajo que alberga al equipo de la operación local y es también sede regional para las autoridades de la unidad de negocios Cono Sur.

En materia de sustentabilidad, se destaca la terraza que cuenta con paneles solares que generan el 3% de la energía que consume el edificio. En esta línea, también se instalaron sensores de luz natural y de presencia y sistemas automatizados de cortinas con el fin de maximizar el aprovechamiento de luz natural.

Además, el edificio cuenta con espacios con superficie vegetada con especies autóctonas, que permiten absorber gran parte del agua de lluvia y también ralentizar el escurrimiento de agua, que es dirigida a un tanque de recupero de agua de 70.000 litros de capacidad. Ahí ingresa a un proceso de filtrado para luego incorporarse nuevamente al edificio para descargas en baños, para riego y para el uso de las torres de enfriamiento. De esta forma, se evita que el agua de lluvia se transfiera a la red pluvial de la Ciudad de Buenos Aires.

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