En esta entrevista radial, Francisco Murray, Director Ejecutivo de Sistema B en Argentina, comparte con nosotros el estado actual de la evolución de las Empresas B en el mundo y el país, el lanzamiento de un novedoso índice y la distinción de las B Corp Best for the World.
El universo de empresas que tienen al triple impacto como parte fundamental de sus estatutos hoy ya cuenta con más de 2.550 compañías certificadas en el mundo. De estas, 385 se encuentran en la región y 70 en Argentina. Y en el último tiempo, el ingreso de grandes nombres como Natura o Aguas Danone en nuestro país ha hecho que el zumbido B sea cada vez más potente.
Como promotores no solo de las B Corps, sino de una economía sostenible, desde Sistema B son de lo más activos en esta cruzada que apunta a jaquear el status quo de la lógica empresarial tradicional y buscan contagiar la mirada sistémica que los caracteriza. Con Francisco Murray, Director Ejecutivo de Sistema B en Argentina, repasamos las últimas novedades de este movimiento.
"Las empresas B son empresas que deciden integrar a su modelo de negocios la solución de problemas ambientales y sociales como un eje más de gestión. Es una evolución de la RSE con un factor diferencial que es no tenerlo afuera del negocio, sino dentro del negocio", apuntó en esta entrevista radial Murray.
Cambiar el mundo desde el día a día
Siguiendo esta línea de pensamiento, estas instituciones apuntan a integrar la sostenibilidad en todo lo que hacen. Esto implica decirle adiós a acciones aisladas como alianzas esporádicas y empezar a pensar en términos holísticos.
"Es un momento espectacular porque cada vez hay un mayor grado de conciencia en el empresariado en cómo poder comprometerse cada vez más con la sociedad. Y lo que vienen a ofrecer las empresas B es un modelo concreto de cómo hacerlo. Es dejar la lógica de lo que está bien, pero que no alcanza", remarcó el entrevistado.
Bajo este espíritu, el ecosistema viene madurando desde su creación en Estados Unidos en 2006 por iniciativa de la ONG B Lab, y su desembarco en América Latina bajo el paraguas de Sistema B. "El desafío era que esto dejara de ser un nicho. Pasó de ser un nicho a ser visible y creo que el gran desafío ahora es pasar de ser visibles a ser relevantes", disparó el experto.
¿Pero cómo lograr esto? Murray explica que más allá de las empresas que nacen con aires B y ya desde el inicio se perfilan así, una de las claves reside en la conversión de los nombres de peso. "Los B ya nacieron así. El gran secreto es cuando las empresas que ya están instaladas en la economía y manejan la economía empiezan a analizar estas variables", reflexionó el vocero.
Contagiar lo bueno
Así, desde la comunidad invitan a todos los grandes -y pequeños- actores a mirar para adentro: ver las oportunidades en la cadena de valor, analizar el trabajo con los proveedores, evaluar la situación de los operarios, medir el impacto que se tiene en el entorno, entender las oportunidades que presentan cada desafío.
Para ello, el movimiento cree en poner a disposición de todos las herramientas con las que cuenta. De esta forma, cualquier empresa puede medir y gestionar de forma gratuita su desempeño social y ambiental en aspectos que hasta hace poco era zonas ciegas para la gestión.
"Sistema B tiene la lógica de compartir y no de convencer", diferenció Murray. Alrededor de 70.000 empresas usaron la herramienta para medirse, como Mercado Libre que la usó para su cadena de valor, convocando a todos los sellers para que lo hagan. Al ver la potencialidad de esta práctica, en Argentina lanzaron el 4 de julio el Índice de Triple Impacto Empresario.
Se trata de una invitación a las empresas argentinas a poner en común sus mediciones de impacto económico, social y ambiental para obtener un diagnóstico que permita tomar dimensión del rol clave del sector en la construcción de valor social y ambiental y, al mismo tiempo, encontrar oportunidades de mejora. "Las empresas ya se miden, pero se miden según una lógica disociada de su negocio. Acá les ofrecemos la oportunidad de medir su negocio y el impacto de lo que hacen todos los días", contó el entrevistado.
Otra forma que encontraron de generar espacios para el diálogo es compartiendo las mejores prácticas. "La principal oportunidad que vemos es que esto genere inspiración", enfatizó el director ejecutivo. Y de eso se trató el B Corp Best for the World, el reconocimiento que destacó en Estados Unidos a aquellas Empresas B certificadas que se encuentran en el 10% de los mejores puntajes en la evaluación que les permite certificarse, la Evaluación de Impacto B. Esta mide distintos aspectos de la empresa como su gobernanza, modelo de negocios, el impacto en el medioambiente, además de políticas y prácticas con sus trabajadores y las comunidades.
"Es una premiación que se hace todos los años", apuntó el experto. Así, se destacaron 1.000 B Corps en el mundo, de las cuales 143 vinieron de América Latina y 25 de Argentina. Entre aquellas en el plano local, se contaron Ondulé y Xinca.
Un camino que recién empieza
Más allá de estos logros, desde la comunidad internacional no se conforman y entienden que queda mucho por hacer. De las grandes variables analizan, por ejemplo, ven que desde las empresas hay mucho foco en la pata medioambiental. Mientras, cadena de valor, gobernanza y generar oportunidades para el cliente permanecen como los principales desafíos. "Falta mucho todavía, recién estamos empezando con esto", apuntó el entrevistado.
A nivel macro también quedan obstáculos -u oportunidades-. En este sentido, en Argentina el ecosistema se encuentra promoviendo el proyecto de ley para las B Corps. "Este tipo de empresa hoy no tiene una figura legal que las represente", explicó Murray.
El texto encuentra en comisión en el Congreso y ya cuenta con el consenso de varios partidos que le darán el quórum para que pase a recinto. "Esto jaquearía la forma de generar valor, va a generar un nuevo vínculo a nivel público-privado".