Durante la COP 23, la ciudad porteña se comprometió al igual que otras 23 urbes a morigerar su impacto ambiental y reducir sus emisiones hasta alcanzar la neutralidad en 2050.
Desde la era industrial, el boom tecnológico ha ido creciendo a un ritmo vertiginoso que se potenció en el último siglo. Lamentablemente, ese crecimiento la mayoría de las veces fue de la mano con la contaminación. Recién en los últimos años, la agenda climática fue cobrando relevancia y hoy se impone fuerte a nivel global y local.
En el marco de la 23ª Conferencia de las Partes (COP 23) de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (UNFCCC) que se lleva adelante en la ciudad alemana de Bonn, Buenos Aires dio muestras de este fortalecido compromiso. Junto a otras 23 ciudades asumió la ambiciosa promesa de convertirse en zona carbono neutral para 2050. La iniciativa fue impulsada por la red C40, que nuclea a las principales ciudades del mundo que buscan reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y su impacto sobre el cambio climático.
"Estamos muy contentos por habernos comprometido a ser, para el año 2050, zona de carbono neutral. Nuestra lucha para reducir los efectos del cambio climático es constante, por eso desde la Ciudad trabajamos para que todos tomemos conciencia de la importancia de cuidar el medio ambiente. La tierra es nuestra casa y tenemos que cuidarla", expresó Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Actores locales, acciones glocales, impactos globales
Para cumplir con las expectativas, el documento hace foco en tres ejes principales. Cada capital deberá desarrollar un plan específico para lograr la neutralidad de sus emisiones al 2050. Además deberá planificar cómo se adaptará y mejorará la resiliencia de la urbe a los efectos del cambio climático.
Por último tendrá que contemplar los beneficios sociales, ambientales y económicos que se deriven de la implementación del plan y mejorar la distribución de estos beneficios en toda la población.
"El Acuerdo de París afirma claramente lo que debe ocurrir para que se asuman ambiciosas medidas frente al cambio climático. Los alcaldes están apuntando a un desarrollo sustentable y hacemos lo que tenemos que hacer", remarcó Anne Hidalgo, Alcaldesa de París y Presidenta de C40.
Según un estudio del Centro Mc Kinsey para los Negocios y el Ambiente que se difundió en Bonn, los proyectos deben centrarse en cuatro ejes: recambio energético aumento de las renovables, trabajar en la movilidad sustentable, diseñar construcciones más eficientes y mejorar los sistemas de gestión de residuos.
Además, las firmantes se comprometen a esbozar cómo se abordará la implementación de las iniciativas y a apoyar al Grupo de Liderazgo Climático de Ciudades del C40 para alentar e inspirar a otras ciudades a comprometerse con el Acuerdo de París. En esta línea, la red ofrecerá apoyo directo a nueve grandes ciudades africanas para desarrollar planes de acción contra el cambio climático: Accra (Ghana), Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Dakar (Senegal), Dar es-Salaam (Tanzania), Durban (Sudáfrica), Johannesburgo (Sudáfrica), Lagos (Nigeria), Nairobi (Kenia) y Tshwane (Sudáfrica).
No se trata de un trabajo que tenga un impacto menor. Según la Organización de las Naciones Unidas, las grandes metrópolis concentran el 54% de la población mundial, y se espera que para 2050, ese porcentaje sea del 66%. A su vez, son las responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
Según las estimaciones de la Organización Meteorológica Mundial que también se divulgaron durante la cumbre, la temperatura global media de enero a septiembre de este año fue de casi 1,1°C por encima de la era preindustrial. Como consecuencia de un episodio del fenómeno El Niño, el año 2016 sigue siendo el más caluroso jamás registrado, seguido por el 2017 y el 2015 en la tercera posición.
Un compromiso respaldado por acciones
Es por eso que para la metrópoli porteña, ser carbono neutral implica generar acciones que compensen la contaminación que genera. La concentración de los gases de efecto invernadero ya provocó 1 grado de aumento de la temperatura promedio.
Sin embargo, la capital es reconocida internacionalmente por su trabajo en la materia. Las cifras oficiales indican que ya redujo el 3% de la proyección de emisiones de gases de efecto invernadero para el 2020. Esta cifra representa el 30% del camino delineado por el Plan de Acción contra el Cambio Climático 2016-2020.
"Aspiramos a que cada proyecto y cada acción que llevamos adelante tenga un anclaje y una huella positiva en el ambiente. Queremos vivir en una ciudad sustentable, donde podamos conseguir un equilibrio entre los vecinos y los recursos naturales", apuntó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.
La baja se debió en gran parte gracias al accionar del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad. A través de la Agencia de Protección Ambiental, desarrolló una serie de políticas ambientales que se tradujo en ahorrar 469.145 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tnCO2eq) durante 2017.
Este número representa el 30% de la reducción prevista para 2020 en el plan de acción que apunta a una reducción del 10% del total de las emisiones proyectadas para ese año.
Entre los proyectos energéticos, por ejemplo, se realizaron diferentes acciones que apuntaron a la eficiencia energética. Entre ellos, se cuentan el reemplazo de semáforos tradicionales y luminarias del alumbrado público por LED, y el recambio de lámparas LED en las autopistas urbana. En este mismo rubro se apostó a las renovables, como en edificios públicos y el Metrobus. Así, las modificaciones en el sector redujeron 28.965 tnCO2eq.
En el sector de transporte, las principales iniciativas fueron la extensión de la traza del Metrobus, de la red de subtes, de ciclovías y bicisendas. Uno de los mayores pendientes se dio en el tratado de la basura. Por ahora se trata el 8% de los residuos, pero se espera que este porcentaje crezca.
¿Cómo sigue ahora? Entre otras cosas, desde la Agencia explican que sumarán el recambio de luminarias en edificios públicos, el canje de lámparas de poca eficiencia por LED a los vecinos de barrios vulnerables, y la colocación de nuevas instalaciones fotovoltaicas. Así, buscan que para el 2019, la capital sea iluminada en un 100% por LED.