Fuera de la tradicional industria de servicios, un puñado de empresas empiezan a ver que las energías alternativas son una atractiva fuente de ingresos. Los casos de Google, Patagonia y Apple, se destacan entre las primeras en animarse a marcar el rumbo.
En el mundo corporativo, la agenda climática viene cobrando relevancia en los últimos años. En la búsqueda por un menor impacto, a nivel global, las empresas se vuelcan a las renovables, colocan paneles solares en sus techos, implementan sistemas energéticos inteligentes, bajan sus emisiones de carbono y minimizan sus boletas eléctricas. Sin embargo, un pequeño grupo de corporaciones estadounidenses decidieron dar un paso más.
Se están metiendo en la industria de servicios eléctricos, un rubro tradicionalmente controlado por los dueños de las plantas eléctricas y las empresas de servicios. De esta forma, tratan a la fuente solar como un generador de ganancias y sus inversiones ayudarán a expandir su uso a un mercado más amplio.
La pionera
La tendencia empezó en 2010 de la mano de Google que recibió una licencia federal para vender energía. Desde ese entonces, ha invertido millones de dólares en emprendimientos de todo tipo, que van desde proyectos en techos a plantas masivas en Estados Unidos, Alemania y Sudáfrica.
En paralelo, este año anunció que comprará toda la electricidad generada en el mayor parque solar de los Países Bajos a lo largo de la próxima década para energizar su más reciente centro de datos que alberga miles de servidores. Es parte de su ambicioso plan de que todas sus instalaciones estén andando al 100% en renovables antes de que termine el año.
Pero la noticia más disruptiva también de este año vino de la mano de su laboratorio semi-secreto de investigación X. Bajo el nombre código de Malta, están desarrollando un sistema para almacenar la energía renovable que de lo contrario sería desperdiciada. Involucra baldes de sal y anticongelante y se puede ubicar casi en cualquier lugar, tiene el potencial de durar más que las beterías de iones de litio y competir en precios con las nuevas plantas hidroeléctricas y otros métodos de almacenamiento de energía limpia.
De manera similar, Patagonia y Apple son los nombres que se agregaron al mix de venta de renovables más recientemente. Aunque todavía no confirmó fecha, la retailer de indumentaria apunta a instalar plantas solares mini para abastecer de energía a las comunidades cercanas, donde los residentes pueden comprar acciones en esos proyectos o firmar un contrato a largo plazo para contratar el servicio de electricidad solar.
Pero si hablamos de pasos concretos, en marzo del año pasado Patagonia se unió a Kina’ole Capital para liderar un consorcio de cinco B Corps certificadas para crear un fondo de USD 34 millones para instalar paneles solares en más de 1.500 hogares en Estados Unidos. La movida usa los créditos fiscales federales y estatales para dirigir los dólares impositivos de la compañía al desarrollo de sistemas energéticos económicos y eficientes.
Los beneficios del sol
De esta forma, además de las instalaciones solares que tiene en su sede de California, la empresa ahora será dueña de estos sistemas energéticos. La compañía contrató a Sungevity para instalar y gestionar los paneles y manejar el servicio al consumidor.
"Como empresa, esto se alinea mucho con el ADN de lo que hacemos y eso es usar nuestro negocio para inspirar e influenciar en soluciones ambiental. Estamos muy apasionados por alejarnos de los combustibles fósiles y los recursos finitos en cada aspecto de nuestra cadena de suministro", expresó Phil Graves, Director de Desarrollo Corporativo en Patagonia.
La empresa no es una novata en este tipo de inversiones. En 2014 dispuso un fondo de USD 27 millones para instalar paneles en 1.000 techos de Hawái. Se trata de un estado que depende de combustibles fósiles importados para sus plantas generadoras y desde la empresa vieron al proyecto como una alternativa libre de carbono.
En cuanto a Apple, el año pasado consiguió la licencia para también vender la electricidad que genera en sus plantas alternativas. De esta forma, los beneficios no son solo ambientales, sino que la compañía se ahorrará cientos de millones de dólares en costos e impuestos corporativos.
La Federal Energy Regulatory Commission (FERC) autorizó a su subsidiaria Apple Energy LLC a vender energía al por mayor, capacidad energética y otros servicios necesarios para el abastecimiento de electricidad confiable.
La aprobación cubre lo generado en dos de sus proyectos en Nevada, responsables por un total de 70 megawatts, y en las instalaciones Flats Solar de California (130 megawatts). Éste último se encuentra en expansión y eventualmente abarcará 2.900 acres de tierra y doblará su tamaño a 280 megawatts de capacidad solar.
La estrategia tiene tres beneficios claves para el titán tecnológico: A la vez que refuerza sus credenciales verdes y reduce su impacto ambiental, los independiza de la red eléctrica de Estados Unidos, y aliviana una porción de sus cargas fiscales totales.
Con el proyecto, la inventora de los Mac pagará menos por unidad de electricidad de lo que paga ahora a las proveedoras de servicios públicos. Además de este recorte en los precios, Apple se podrá beneficiar de incentivos federales que se han diseñado para alentar la inversión en alternativas verdes.
Así, la caída de los costos de la energía solar y la implementación de incentivos gubernamentales han hecho que se convierta en una alternativa atractiva y más limpia para los negocios.