Hasta ahora solo 22 estados formalizaron su adhesión. Se espera que antes de que termine 2016 se sumen más y mayores nombres. Estados Unidos, China y el resto del G7 se comprometieron a hacerlo. Argentina, aspira a ratificar antes de la COP de Marrakech.
El Acuerdo de París en diciembre de 2015 marcó un punto de quiebre crítico hacia un mundo resiliente y de carbono cero. Tras la firma del documento en abril de este año, los estados ahora se dan a la tarea de unirse de manera formal.
Y es que para que el pacto entre en vigor, el artículo 21 estipula que se necesita que 55 países responsables por el 55% de los gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global depositen sus instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión. Eso quiere decir que 30 días después de alcanzar esa cantidad, el tratado se volverá legalmente vinculante.
A la fecha, 180 partes firmaron el texto, pero solo 22 miembros lo han ratificado. De estos últimos, se trata en su mayoría de naciones isleñas vulnerables, representantes de un porcentaje despreciable, una sumatoria que arroja apenas el 1,08% de las emisiones totales.
Los pasos a seguir
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Corea del Norte se convirtió en el número 22 en formalizar su adhesión. Responsable del 0,23% de las emisiones a nivel global se coloca segundo detrás de Camerún entre los ratificadores a la fecha. La nación africana representa el 0,45% de las mismas. La lista se completa con Barbados, Belice, Fiyi, Granada, Guyana, Maldivas, Islas Marshall, Mauricio, Nauru, Noruega, Palaos, Perú, Samoa, Seychelles, Somalia, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Palestina y Tuvalu. |
En lo que hace a la región, Perú se convirtió en el primer estado hispanohablante en ratificar y ha elevado la vara a sus vecinos.”El Acuerdo de París implica también la creación de una cultura nueva que cada día debemos impregnar a nuestros jóvenes e hijos: la del cuidado del medio ambiente. Tenemos una casa común y, por lo tanto, nos corresponde alguna tarea que hacer, desde nuestra forma de vida, para generar un desarrollo sostenible”, comentó Ollanta Humala, ex Presidente de Perú.
Pero el escenario burocrático por el que se tiene que pasar para lograrlo es complejo. “Hay que tener presente que usualmente los procesos internos de ratificación en los países toman entre dos y tres años, en particular en los países que requieren aprobación de su órgano legislativo, como es el caso de la mayoría latinoamericanos. Sabemos que en los próximos meses este número se incrementará. La ratificación asegurará a la región acceder a las oportunidades de cooperación y desarrollo limpio que trae consigo el Acuerdo de París”, explicó Jimena Nieto Carrasco, Coordinadora de Asuntos Legales para la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC).
Pese a los tiempos de los procedimientos domésticos, las expectativas por acortar los plazos son crecientes. En su visita oficial a nuestro país, Ban Ki-moon puso presión a China y Estados Unidos en la faena, y pidió a Argentina, la tercera economía de América Latina, a hacer lo mismo. "Cuando sumamos las emisiones de los dos países, se acerca al 40% de las emisiones globales. Entonces puede que no sea difícil alcanzar el 55%, y urjo a Argentina a ratificar lo más pronto posible", exhortó el Secretario de la ONU.
Una Argentina cada vez menos Like Minded
Nuestro país no hizo oídos sordos y viene dando pasos firmes para colocarse a la delantera. De hecho, se espera que la ratificación nacional se dé para agosto o septiembre de este año. "Ya pasó por Senado, tiene media sanción. Ahora está en la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados y tiene altas probabilidades de ser aprobada en breve. Seguramente en la próxima reunión de Relaciones Exteriores se va a aprobar y va a pasar a la próxima sesión para ser aprobada", detalló Carlos Gentile, Subsecretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable de la Nación.
De ser así, fortalecería su posición a nivel internacional y sería una de las voces cantantes a la hora de marcar el rumbo. "Soy muy optimista respecto de que vamos a ser uno de los 55 países que lo hayan ratificado. Una vez que eso se dé y entre en vigor a nivel mundial, los países que lo hayan ratificado van a estar dentro de la mesa como participantes y los que no van a estar dentro de algunos órganos de discusión como observadores", apuntó Gentile.
Pero la apuesta no se termina ahí. "Nos estamos preparando con mucho trabajo, articulando con todos los ministerios, fundamentalmente focalizando en la revisión de las contribuciones de Argentina. Lo que estamos priorizando es el proceso participativo de la revisión, pero nos gustaría llegar a tener las contribuciones revisadas y presentar esas nuevas contribuciones en la COP de Marrakesh", adelantó el subsecretario.
De lograrlo, nuestra nación se convertiría en la primera en el mundo en hacer tal presentación. "Lo que más nos importa es tener una contribución seria, realista, ambiciosa y consensuada para llevarla a cabo", subrayó el funcionario. Para ello, se viene trabajando con las instancias provinciales, los ministerios y distintos sectores del ámbito privado y la sociedad civil.
"Es un buen momento y como gobierno estamos tratando de generar las condiciones para que eso se explote y Argentina pueda tener un rol protagónico, proactivo en la responsabilidad que tiene respecto de la problemática del cambio climático. Más allá de su responsabilidad relativa, queremos mostrar como gobierno que somos parte de la solución", reflexionó Gentile.
Un fin de año comprometido
Los dos mayores emisores mundiales, Estados Unidos (17,89%) y China(20,09%), también se han volcado hacia un rol más proactivo y se proponen ratificar el acuerdo antes de fin de año. Y como tercer gran emisor en el mundo, India (4,10%) ha indicado que trabajará hacia la misma meta.
Las ganas de ser pioneros causa ebullición en los distintos puntos del globos y los nombres de mayor envergadura se ponen en el centro de la charla. Durante su última reunión de líderes, el G7 acordó en mayo esforzarse por lograr que la entrada en vigor ocurra en 2016. En junio, Francia se adelantó y se convirtió en la primera gran nación en ratificar. "Firmar es bueno, ratificar es mejor", disparó François Hollande.
Pero este redoble de esfuerzos no es exclusivo de las potencias desarrolladas. De hecho, nuestra zona no se queda atrás. Y es que aunque los países latinoamericanos a no son grandes contribuyentes a la problemática del cambio climático (a excepción de Brasil que emite el 2,48% de las emisiones y México con un 1,70%), sí son considerados actores claves en el proceso de negociación y en la toma de decisiones.
Consciente del panorama, el Senado brasileño ya aprobó la adhesión al acuerdo. Tras la promulgación del decreto legislativo, la Cancillería preparará el instrumento de ratificación con la firma de Michel Temer para ser enviado a Naciones Unidas.
México también ha dado avances en el trámite y en el caso de República Dominicana, se estima que en seis meses se contará con la aprobación. “El proceso en Latinoamérica será a velocidad media porque los sistemas políticos son complejos, a pesar de la alta sensibilidad que ha despertado el tema”, remarcó Omar Ramírez Tejada, Vicepresidente Ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio de República Dominicana.
En lo que respecta al gobierno de Chile, que no pudo estar presente en la firma de abril, firmará a fines de septiembre y espera poder ratificar en octubre. “Despierta gran interés en la región el trabajo normativo que desarrolla Chile en torno al impuesto al carbono, sus reglamentos y registro, que entrará en vigor en enero del 2017”, destacó Andrés Pirazzoli, Especialista en Cambio Climático en Chile.
Todo este fervor lleva a que los expertos vean como posible la entrada en vigor entre septiembre u octubre de este año. "Si eso se diera así, llegaríamos a Marrakech con el acuerdo en vigor que es lo que se espera. Sería un cambio de escenario bastante grande respecto de lo que se pensaba antes de Bonn", concluyó Gentile.
