Argentina informó sus compromisos para la COP21


Camino a París, el país dio a conocer una propuesta no condicional de reducir las emisiones en un 15%, sumado a un compromiso condicional de otro 15%. Una propuesta realista que para algunos sabe a poco.

Con las miradas del mundo puestas en el advenimiento de la COP 21 en París, Argentina presentó su propuesta nacional. Mediante su compromiso, el país se fijó una reducción del 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030 respecto de las actuales. Además, se dio a conocer un programa de acciones para una disminución adicional del 15%, condicionado al apoyo financiero externo.

"Encontramos un esquema virtuoso para reducir las emisiones y llegar al 2030 con el mismo nivel que teníamos en 2009, el tema es que cuando vemos cómo se puede llegar a eso, comprobamos que se tienen que dar condiciones que en algunos casos no dependen de nosotros, como el financiamiento internacional", señaló Juan Pablo Vismara, Subsecretario de Cambio Climático.

Y es que en la solución de la problemática de cambio climático, es imprescindible tener en cuenta las responsabilidades compartidas pero diferenciadas a nivel mundial. La Argentina no es el único país en desarrollo de señalar la necesidad de apoyo técnico y financiero para asumir compromisos mayores.
Entre las medidas planteadas para llegar al primer 15% se destacan el reemplazo de los sistemas de encendido de calefones por sistemas eléctricos; la apuesta a la eficiencia en los electrodomésticos, calderas y motores; el tratamiento de aguas residuales industriales; la modernización del parque automotor; y la inversión en el ferrocarril como medio de transporte de cargas.

La suma de las partes
"En Argentina, se han puesto en orden todos los procesos y planificaciones sectoriales que se tienen en diferentes actividades y se las orientó para que esas actividades y estrategias tengan componentes o sean completamente un componente de reducción en emisiones", explicó Daniel Tomasini, Coordinador del ÁreaAmbiente y Desarrollo Sostenible de PNUD Argentina, quien revisó para Tres Mandamientos algunos de las últimas novedades en materia de negocioaciones internacionales sobre cambio climático y aseguró que "el panorama que se presenta en el marco de la reunión de París es más que promisorio".

"El actual es un modelo de abajo hacia arriba donde los paises proponen, en función de sus capacidades, cómo mitigar y adaptar", resumió, marcando la diferencia con épocas anteriores en las que los países eran el último eslabón de los procesos. "Forzar a los miembros a asumir compromisos no funcionó muy bien: algunos cumplieron y otros no, hubo de todo", recordó en diálogo con Tres Mandamientos.

En el actual modelo, los países pueden aprovechar procesos existentes en sus políticas nacionales y utilizarlos para que sumen a la estrategia global de reducción de emisiones. El vocero del PNUD explicó esta doble utilización ejemplificando con la política nacional de prioridad de los trenes como medios de cargas y pasajeros. En este sentido, hay un primer impacto local ya que una menor tarifa y menores costos y tiempos resultan en una valoración positiva para las personas. Al mismo tiempo, esta estrategia se traduce en una reducción del consumo de combustible líquido, permite la posibilidad de transportar más personas en menos tiempo y con menor uso de energía, lo que en el balance final lleva a una reducción de consumo energético automático.

Este tipo de iniciativas atadas a proyectos nacionales, como el plan energético, los cambios en los sistemas de iluminación o el ecoetiquetado suman al 15% no condicional. "Hay gran cantidad de instrumentos que se están usando, y llevados al máximo, suman a esta propuesta de reducción", detalló Tomasini. En cambio, el compromiso condicional está atado a planes existentes pero que dependen de mecanismos de cooperación internacional como asistencia técnica o créditos para plasmarse.

"Esto no es una decisión limitada al equipo de especialistas que escriben la propuesta, acá hay un consenso entre los diferentes actores del Estado y del sector privado y las metas también tienen que ver con hasta dónde pueden comprometerse los sectores industriales y de transporte", indicó Vismara.

¿Una propuesta que se quedó corta?
Claro que ante la emergencia ambiental mundial, las propuestas siempre saben a poco. Tras la presentación, voces de distintos ámbitos han señalado no solo los aciertos, sino las tibiezas del plan. “Lo que Argentina ha mostrado hasta ahora es un compromiso poco ambicioso y que no está a la altura de lo que otros países de sus características están presentando”, apuntó Juan Carlos Villalonga, Vocero de Los Verdes.

Así, pese a que las principales políticas incluyen la promoción de las energías renovables, los combustibles alternativos como el biodiesel y el etanol, y la cogeneración con combustibles fósiles, algunos de estos puntos desperdician su verdadero potencial, a entender de algunas organizaciones. En la actualidad, el país cuenta con menos del 1% de su matriz eléctrica basada en energías limpias y aunque la Ley de Fomento a las Energías Renovable plantea alcanzar un 20% para el 2025, desde Vida Silvestre consideran que se trata de un objetivo inalcanzable por los bajos niveles de inversión en el sector.

La organización sostiene que de implementar políticas de eficiencia energética en los cinco sectores principales de consumo eléctrico, industrial, de transporte, hábitat y gas, se evitaría generar 6.000 MW. Esto es el equivalente a dos represas hidroeléctricas de características similares a Yacyretá. Esto a su vez se traduce en un ahorro en costos de capital de U$S 31.000 millones hacia 2030, una cifra para nada despreciable si se tiene en cuenta, como indican desde Vida Silvestre, que solo en 2013 la Argentina tuvo un déficit energético de U$S 6.500 millones.

“Países mucho más pequeños que Argentina han asumido compromisos mayores para enfrentar el cambio climático. Incluso los latinoamericanos como Perú, México o Brasil presentaron planes con mayores aspiraciones en sus metas de reducción de emisiones. El nuestro es engañoso, de escaso alcance y no está a la altura de lo que se debe y puede hacer”, enfatizó Villalonga.

Mientras que Perú también propuso una reducción dividida del 30%, el 20% del total será implementado a través de recursos internos y el 10% restante está condicionado a obtener facilidades de cooperación y financiamiento de la comunidad internacional. México, por su parte se comprometió a reducir de forma no condicionada el 25% de sus emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes climáticos de vida corta. En el caso del vecino Brasil, la reducción planteada es del 37%, con la posibilidad de alcanzar hasta un 43 %. En esta ambiciosa propuesta, Brasil garantizará que las eco-energías representen el 45 % de su matriz energética, cifra que supera a la media global del 13 %.

Otras de las metas planteadas tildadas de limitadas fueron las de rotación de cultivos y la de recuperación de bosques nativos, que involucran al sector agropecuario y al forestal, los responsables de casi la mitad de las emisiones de la Argentina. Desde Vida Silvestre consideran que la sanción de la Ley de Bosques, si bien representó un avance, no es suficiente para disminuir la tasa de deforestación. Y el acento se vuelve a poner en una mayor inversión y en incentivos económicos para la promoción de sistemas silvopastoriles responsables y el impulso de buenas prácticas agrícolas y ganaderas.

Sin embargo, desde el otro lado ponen de relieve los motivos detrás de las estrategias que se tomaron. "Ninguno va a asumir compromisos más allá de las capacidades y de las oportunidades económicas que tenga. No podemos pretender que nuestras sociedades queden comprometidas en su crecimiento y desarrollo para reducir emisiones. Sí tenemos que reducir, y un camino razonable es éste", enfatizó Tomasini. Así, el referente del PNUD explica que países como Costa Rica puedan plantearse volverse una nación neutral en emisiones para el 2020, no solo debido a sus características naturales, sino gracias a otros factores como el hecho de no poseer industria y apostar su futuro a posicionarse como una meca del turismo verde.

Deja un comentario
Artículo Anterior

Telefónica publicó su 11º informe de sustentabilidad

Artículo Posterior

"La sustentabilidad es la mayor oportunidad de innovación del siglo"

Total
0
Share