Molinos presentó la cuarta edición de su reporte de sustentabilidad


El aumento de la producción junto con una reducción en el uso de recursos, y una apertura hacia los diferentes stakeholders en el análisis de materialidad son algunos de los principales hitos.

Con la migración al G4 del GRI, Molinos dio a conocer su cuarto informe de sustentabilidad y nuevamente buscó la opinión de un auditor externo independiente: Pistrelli Henry Martin y Asociados SRL (EY Argentina). Este año, el reporte contó con novedades no solo en la presentación del contenido sino en el aspecto formal del documento.

“Históricamente, la información social y ambiental estuvo relegada a un segundo plano en comparación con la económica, y de esta manera buscamos poner en pie de igualdad a los tres impactos”, resaltó Inés Kracht, Jefe de Sustentabilidad de Molinos. Para ilustrar estos logros de la manera más amigable posible, sin dejar de lado el cumplimiento con todos los requisitos del reporte, se procesaron los datos duros y se emplearon diversas herramientas como infografías para alcanzar a todos los lectores.

Esta apertura hacia todos viene aparejada al giro que se dio en su análisis de materialidad. Uno de los grandes hitos de este año consistió en desarrollarlo contando por primera vez con la colaboración de grupos de interés externos a la compañía, además de los internos. Así, Molinos reunió a clientes, periodistas, referentes universitarios, referentes en RSE y pares de otras compañías. “Creo que es alentador dejar de transmitir un mensaje unidireccional y empezar a escuchar qué es lo que se percibe desde afuera”, apuntó Kracht.

Una escucha activa se traduce en restructuración
En base a este ejercicio y como consecuencia de los resultados arrojados por él, la estrategia de Molinos se renovó y se reagrupó en torno a tres grandes pilares (antes eran cuatro): Salud y Bienestar, Desarrollo de Personas y Comunidad, y Cuidado Medioambiental. En el primer eje, los esfuerzos se centraron en disminuir el consumo de materiales de packaging. Con este norte, se redujo la utilización de papel en 19,6 toneladas anuales gracias a una modificación en los packs de las yerbas Nobleza Gaucha y Cruz de Malta.

En lo que hace a la veta ecológica, gracias a diversas iniciativas, la organización redujo un 3% el consumo del agua, un 1,5% el uso de energía y un 4% las emisiones de CO2. Un logro todavía mayor es que estos ahorros se hicieron a la vez que se aumentó la producción en un 7%. “Que la sustentabilidad también esté asociada a un beneficio económico es muy valioso porque es lo que permite que sea sostenible en el tiempo”, alentó la referente de sustentabilidad.

En cuanto a Desarrollo de Personas y Comunidad, durante 2014, una fuerte demanda durante el análisis de materialidad fue hacer un mayor foco en la cadena de valor. Así, se desarrollaron acciones de supervisión a proveedores, distribuidores, fasones y depósitos externos, promoviendo prácticas laborales responsables en los distintos eslabones. En este caso, desde Molinos lo ven como uno de los grandes desafíos a seguir prestando atención “Creo que es un pendiente en muchas compañías. Queda mucho por explorar sobre todo lo que tiene que ver no con una cadena de valor entendida como un primer eslabón con los que tenemos un vínculo directo, sino justamente con aquellos que están en un segundo cordón, a los que es difícil acceder”, resaltó Kracht.

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