Villaviencio apuesta al Pet reciclado, de la mano de la Rebotella


La marca dio a conocer este envase, hecho en un 51% de material reciclado y a su vez 100% reciclable, para mitigar su huella de carbono. Su cadena de producción incluye a recuperadores urbanos, sumando un componente social.

Villavicencio le dio un giro a sus envases plásticos y lanzó la REbotella: el primero en Argentina en ser elaborado con más del 51% de PET reciclado en su composición y 100% reciclable. Esta nueva presentación incluirá a todas las botellas de agua sin gas. De esta forma, la compañía busca reducir el impacto ambiental negativo y dar continuidad a la cruzada verde de la marca.

“Nuestro compromiso no es solo con nuestra producción, sino también pasa por educar a la comunidad y por sumarla a esta movida”, destacó Carolina Del Hoyo, Responsable de Marketing de la marca. Así, se genera un círculo virtuoso en la circulación del producto que empieza en su creación. En efecto, la propia fabricación implica una menor contaminación porque el proceso con PET reciclado implica una menor emisión de Co2.

Además, mediante este segundo uso, se logra que más botellas desechadas salgan del medio ambiente. Una botella no reciclada tarda 1.000 años en descomponerse, pero al retirarlas y reciclarlas, se generan menos gases de efecto invernadero. Así, la reducción lograda mediante la iniciativa de Villavicencio es el equivalente a la polución de 110.000 autos que ingresan a la ciudad por un día o a la de 21.000 lamparitas prendidas al año.

En busca de impacto social
Más allá de la arista ecológica, la Rebotella trae un tercer impacto aparejado al fomentar una mayor inclusión social, gracias a un circuito que involucra muchos actores. La empresa trabaja de cerca con recolectores urbanos como la Cooperativa El Álamo en Buenos Aires. La compañía se involucra de forma directa en la capacitación de los recuperadores, ayudándolos a ordenar el proceso de recolección y mejora sus ganancias. “Al poner en valor el PET de la forma que lo estamos haciendo, se eleva el precio del producto, lo cual implica más ingresos para esta gente”, explicó Del Hoyo.

De esta recolección, los envases se venden a CABELMAPET, la única planta recicladora autorizada para elaborar plásticos que estarán en contacto con bebidas y alimentos en Argentina. Y es allí donde Villavicencio vuelve a ser un eslabón fundamental mediante la compra de este material para dar inicio a un nuevo lote de rebotellas.

En todo este proceso, la empresa ve al consumidor como un aliado de peso. “Habíamos decidido contarle al consumidor lo que pasa atrás de la elección de una botella, de realmente contar y mostrar la cadena de valor de una botella reciclada”, apuntó Del Hoyo. Este desafío llevó a generar mensajes simples y cortos para involucrar a las personas. Además de contar con el Chino Darín como embajador de la iniciativa, se emplearon distintos medios y plataformas de difusión para tratar las diversas patas del mensaje principal, como el rol de los recuperadores o la importancia de la separación en origen.

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