El acuerdo se logró en la Conferencia de Cambio Climático de Doha. El problema es que países como Japón y Rusia no se comprometieron a esta extensión, con lo cual las naciones involucradas en este segundo período sólo concentran 15% de las emisiones mundiales.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático concluyó el 8 de diciembre en Doha (Qatar) con la aprobación de una prórroga hasta el 2020 del Protocolo de Kyoto, que expiraba este año.
Al acuerdo logrado por los 194 países se llegó con un día de retraso y con la objeción de algunos países, como Japón, Rusia, Canadá y Nueva Zelanda. 

El problema es que los países que se han comprometido a reducir sus emisiones durante el segundo periodo de Kyoto, con los de la Unión Europea, Australia y Noruega a la cabeza, generan poco más del 15 % del total de emisiones contaminantes mundiales.
Dado a conocer bajo el nombre de la Puerta Climática de Doha, el acuerdo también aplaza hasta el 2013 las negociaciones sobre la demanda de los países en vías de desarrollo del financiamiento necesario que los ayude a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.


Kyoto obliga en la actualidad a unos 35 países industrializados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un promedio de al menos 5,2%, por debajo de los niveles de 1990, durante el período 2008-2012. Cada país decidirá sus propias metas para 2020. Sin embargo, los partidarios de Kyoto se reducirán a partir de 2013 a un grupo que incluye a la Unión Europea, Australia, Ucrania, Suiza y Noruega. Juntos, representan menos del 15% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Otros países que apoyaban originalmente el Protocolo, como Rusia, Japón y Canadá, se retirarán aduciendo que es hora de que las grandes economías emergentes, como China e India, participen en el establecimiento de los objetivos para limitar sus crecientes emisiones. Estados Unidos, por su parte, firmó pero nunca ratificó Kyoto, argumentando que le costaría a su país miles de empleos.
A partir de la prórroga acordada en Doha, existen chances de que se ajusten los objetivos en 2014. La Unión Europea, por caso, prometió reducciones de al menos 20% por debajo de los niveles de 1990, para 2020.
Además, los países establecieron un calendario para trabajar en un nuevo acuerdo global, que se pactará en 2015 y entrará en vigor a partir de 2020. El acuerdo se aplicaría a todas las naciones. Kyoto actualmente sólo establece objetivos para los países industrializados.