El debate alimentos vs. biocombustibles continúa. Y la compañía alimenticia suiza tomó un claro partido, en un año en el que algunos ya temen una nueva crisis alimentaria.
El debate no es nuevo. Pero esta vez un peso pesado se sumo a la discusión. El CEO de Nestlé, Peter Brabeck, llamó a los políticos a promover el fin del uso de alimentos para la producción de biocombustibles."Esto no significa que los biocombustibles deban ser eliminados completamente, sino que los productores deben usar otros materiales orgánicos", aclaró en una entrevista concedida al diario suizo SonntagsZeitung.
De esta manera, el ejecutivo se suma a un gran número de políticos y científicos que piden revisar este tema. "Nuestro problema es que casi la mitad de la producción de maíz de Estados Unidos y 60 por ciento de la colza europea se utiliza para la producción de combustible”, declaró.
En el ultimo tiempo, la producción de biocombustibles genera una presión extra sobre los precios de los alimentos, ya presionados por el cambio climático.”Los precios son cada vez más tendientes a cambiar y se correlacionan cada vez más con los precios del petróleo”, agregó. Hace apenas unos días, la FAO había anunciado que quiere relanzar un debate internacional en torno a los biocombustibles.
Esto surgió a raíz de la alarma global sobre una posible repetición de la crisis alimentaria del 2007/08, generada después de que la FAO dijera que los precios de los alimentos habían subido un 6% en julio. Detrás de este aumento se encuentra una fuerte sequía en Estados Unidos que llevó a reducir la estimación para la producción de maíz.
No es la primera vez que Nestlé, en boca de Brabeck, toma una postura clara en el debate generado por los biocombustibles. Cuatro años atrás, el ejecutivo había asegurado en otra entrevista que "los biocarburantes ponen en riesgo el abastecimiento de alimentos para la población del mundo". Y fue todavía más tajante: "La decisión de algunos gobiernos de subvencionar la producción de dichos energéticos es inaceptable y moralmente irresponsable", dijo en clara alusión a la postura del gobierno suizo.
Suiza se comprometió a bajar 10% sus emisiones de dióxido de carbono y en parte planea lograrlo reemplazando hasta un 30% del uso del combustible tradicional hacia fin de este año.Cuerpo de la nota